Ubicación: San Martín del Castañar – A 10 minutos de Casas rurales Caño Chico y La Fuente.
Recorrido: Lineal. 8 km ida y vuelta.
Duración: Hora y media, sin contar el tiempo para visitar el yacimiento.
Dificultad: baja.
Señalizado en parte.
Tratándose de un yacimiento arqueológico de suma importancia, tendremos especial cuidado y respeto por el lugar.

Para ver el mapa en Google Maps, haz clic en la imagen.

Como prometido en las dos rutas anteriores, y para cerrar el tema de la leyenda (o no) de la presencia del último rey visigodo Rodrigo por estos parajes, vamos a hablar de un lugar de obligatoria visita para todo amante de la historia antigua: El yacimiento arqueológico de La Legoriza.

Saldremos desde el bonito pueblo de san Martín del Castañar.
Es una excursión fácil para los niños, que podrán disfrutar de los columpios de la área recreativa que está cerca del yacimiento, y que es el lugar perfecto para preparar una buena merienda a medio camino.
El paseo en si no es espectacular: Vamos a caminar primero por una pista, asfaltada en los últimos años,  que debía ser (por lo menos se aprecia a la salida del pueblo) una antigua calzada. Después, por una pista de tierra. Y terminaremos por un trozo de carretera (sin trafico) que lleva al Campamento Juvenil de la Junta de Castilla y León.
Pero el lugar de la Legoriza, con sus robledales y sus enormes canchales de granito tiene mucho encanto, y máxime si uno se lo imagina con la intensa actividad visigoda que unos valientes arqueólogos voluntarios han sacado de tierra.

Una de las pocas paredes de adobe en perfecto estado que se pueden ver en la Sierra. Está a la entrada del pueblo según uno viene del aparcamiento.

Recorrido, paso a paso.

Para empezar la ruta, tenemos que dirigirnos hacia el humilladero más arriba del conocido «Chiringuito», pasando por la «piscina natural» del pueblo…

…O por su bonito puente medieval. Son dos calles paralelas que salen de una misma plaza donde esta una enorme fuente, cerca de la Posada.

En el jardín cerca del chiringuito, encontramos una estela romana con esta inscripción: “Bolosea, hija de Brevio, vivió 70 años. Aquí yace. Séate la tierra leve. A su madre dedica este monumento el centurión Reburrus, hijo de Tapor”.

Al lado de la estela, un ermita que está a escasos metros del humilladero del crucifijo.
¡ Hay que ver el numero de edificios cristianos que tiene la Sierra al metro cuadrado !

Subiendo la carretera, nos encontramos el humilladero del crucifijo.

Merece la pena detenerse para mirar el artesonado mudéjar (en mal estado) de su techo.

Al lado del humilladero, el panel informativo de la ruta de San Martín a La Alberca, que seguiremos durante la mitad del paseo.

Empezamos a subir hacia La Legoriza…

Las vistas, algo más melancólicas en invierno, se llenan de colores en otras estaciones.

Antes de llegar a la carretera, tenemos que coger una pista de tierra a la izquierda.

Está bien señalizado, no hay perdida.

Siempre me sorprende la capacidad de reciclaje del serrano, que a veces deja obras de arte como esta «puerta» de finca con muelles de colchón.

Si cogemos el sendero a la izquierda, iríamos a La Alberca. Pero el poste indicativo nos indica claramente que la Legoriza está siguiendo la pista de frente. A partir de allí, el camino no está señalizado.

Pero rápidamente llegamos a la área recreativa de La Legoriza. Aquí vemos la barbacoa homologada para poder hacer fuego también en verano.

Es un lugar muy agradable para comer al aire libre. Dispone de columpios, mesas, una fuente y sombra en verano…

Al lado, tenemos la carretera que va al campamento juvenil. Giramos a la izquierda y vemos enseguida esta puerta.

Rápidamente llegamos al campamento juvenil de La Legoriza.

Justo en frente del campamento, al otro lado de la carretera, se encuentra el yacimiento. Tenemos que pasar unos 100 metros de bosque hasta llegar a los canchales de granito, típicos del lugar.

Zona del yacimiento arqueológico de la Legoriza.

El yacimiento, con falta de mantenimiento, acabará desapareciendo debajo del monte bajo si no se limpia urgentemente. Con el dinero de dos buenas comilonas de la Junta o de la Diputación, estaría resuelto.

Solo una pequeña parte del yacimiento ha sido investigado. Las excavaciones se lograron gracias a campamentos de voluntarios dotados de muy pocos medios económicos.

Un sarcófago, donde se puede apreciar una cruz, y un curioso rebaje que parece haber servido a la fundición del metal. En esas épocas lejanas, también se reciclaba…

Pasear por los bosques cercanos nos permite ver o adivinar más cimientos sin investigar, escondidos por la vegetación.

El yacimiento arqueológico de La Legoriza: Breve descripción.

El pasado 08 de agosto, La tetería singular de La Alberca organizo una interesante charla divulgativa sobre el poblado de La Legoriza con la presencia del director de las excavaciones, José Antonio Gómez Gandullo y otro arqueólogo especialista en excavaciones visigodas en Madrid: Fernando Colmenarejo Gómez.

Un campamento minero:

Detalle de la pizarra de Polifemo.

Allí, se nos explicó que las excavaciones e investigaciones que tuvieron lugar entre 2004 y 2008 han puesto en evidencia una aldea visigoda datada en el siglo VII. No es un poblado de pastores sino un campamento minero donde se encuentran pruebas de actividad metalúrgica (Escorias, pizarras «contables» del mineral extraído..).

De minas de hierro cercanas, como podría ser quizás la Cueva de La Mora, se extraía el mineral y se llevaba con caballería (¿a lomo o con carro?) hasta este campamento, donde era fundido. Parece ser que también se le daba forma (herramientas, herraduras, armas…)
Se encontró numerosas pizarras grabadas, con números, algún texto y dibujos como la pizarra de «Polifemo» que representa un personaje de un solo ojo.
Una explicación de esas pizarras podría ser la contabilidad del mineral acarreado por caballo o trabajador. De hecho, José Antonio hizo hincapié en que queda mucho que investigar en este yacimiento, y que queda la pregunta de la «tesorisación«: ¿Donde está el dinero generado por esta industria? Ya que no existían bancos, se tenía que guardar en algún sitio. Una investigación más exhaustiva de un poblado del que se ha excavado solo una pequeña parte, podría traer más descubrimientos y sorpresas.

Estructura de la aldea:

Menos un edificio que rompe los esquemas con su forma circular, las casas tienen una forma rectangular. Algunas con una superficie amplia de 15 o 20 metros cuadrados. otras como «habitaciones adosadas» que llaman la atención por su pequeño tamaño (4-5 metros cuadrados) y la estrechez de su entrada (Uno tiene que entrar casi de lado). Parece ser que más que para vivir en ellas, tenían la función de taller y almacén.
No se trata de un poblado con sus calles bien marcadas y sus casas ordenadas, sino de grupos de edificios alejados entre sí, sin orden preconcebido, y que han ido surgiendo según las necesidades.
Encontramos también restos de una empalizada que servía a guardar y proteger los caballos, y apartado de las casas, un sarcófago-horno que habría servido a la fundición del hierro.
En todo caso, la importante actividad generada en este sitio ha justificado la construcción de una calzada (que no es romana), cuyos restos se ven en San Martin al empezar nuestra ruta, pero también en varios sitios de la Legoriza.
Recordemos que un ramal de la Vía de la plata que se dirige a Ciudad Rodrigo pasaba por el cercano pueblo de Casas del Conde donde conectaba con esta calzada.

Yacimiento arqueológico en abandono:

Los recortes han pasado por aquí también. Las estructuras que tanto costo sacar de tierra podrían desaparecer con los años debajo de la maleza.
Sin embargo, me sorprendió al verlo recientemente, que el trabajo no es tanto. Sobre todo ahora que las plantas son pequeñas. Una pequeña cuadrilla lo limpiaría en un par de días.
No logro entender la dejadez de las administraciones al respecto: Mientras se despilfarra el dinero publico en chorradas o asesores inútiles pagados como ministros, se deja echar a perder un patrimonio valioso y que podría ser un reclamo turístico para la Sierra de Francia. Ni que decir de financiar de manera seria, una verdadera campaña de excavaciones para terminar de investigar  un lugar tan interesante.
Tampoco logro comprender como una provincia tan rica en historia y yacimientos de todas épocas, con una prestigiosa universidad, no tenga montada un Museo Arqueológico Provincial en condiciones.

Para terminar, lanzo una idea: Quizás la Diputación de Salamanca, ahora que tiene sus 4 rutas artísticas, podría plantearse una nueva linea de trabajo y crear la primera ruta arqueológica de la Sierra de Francia:  El yacimiento de la Legoriza…

Enlaces de interés:
Vídeo de 5 minutos  de las excavaciones en buen estado de limpieza.