Contemplación y penitencia en Las Batuecas

Que mejor titulo para ilustrar esta ruta bastante corta que nos conduce a un lugar cargado de vibraciones místicas como es el monasterio de San José, cuya mitad del recorrido cuesta abajo nos deja disfrutar de unas vistas paradisíacas, y cuya otra mitad cuesta arriba se asemeja al infierno (exagerando con fines poéticos), máxime un día de calor.

Y es que esta ruta, aunque no llega a los 10 km,  se hace un poco dura para un público con poca forma, debido a la fuerte pendiente que castiga las rodillas al bajar, y el corazón al subir. Pero es una alternativa muy bonita al coche para llegar a la entrada del Valle de Las Batuecas, y la recompensa será unas vistas únicas sobre el monasterio y la posibilidad de observar cabras montesas, buitres, y todo tipo de pájaros.

Además, para los valientes, esta ruta se puede combinar con la que sale desde La Alberca hasta El Portillo o con la del Monasterio hasta el Chorro, incluso con las dos, lo que nos daría una excursión muy larga, para gente entrenada.

Personalmente, no recomendaría hacerla en verano en horas de mucho sol, porque hay poca sombra y el lugar concentra mucho calor. Recuerdo todavía hace algunos años, haber bajado en coche a una familia del Portillo hasta La Alberca, donde tenían el coche, porque la niña estaba sufriendo una insolación, o desidratación, y no podía seguir caminando los 2,5 km que le quedaba hasta el pueblo.

El recorrido paso a paso

 Desde Nuestras casas rurales caño Chico y La Fuente en Villanueva del Conde, tardamos unos 20 minutos para llegar a La Alberca y subir hasta el Portillo donde nos aparcamos . En frente está el mirador, donde empieza nuestra ruta.

Insistimos que esta ruta describe el tramo desde el puerto del Portillo, hasta el monasterio que está en la entrada del Valle de Las Batuecas, sin entrar en el Valle propriamente dicho.

Todo cuesta abajo, vamos a seguir el tendido eléctrico que suministra el monasterio. 

A esta altura, las vistas de más de 180 º sobre las Batuecas y Las Hurdes son impresionantes. 

A nuestra izquierda, tenemos la carretera, puerto de primera categoría en la vuelta de España, con sus zetas interminables. Al fondo, la zona de la Puerta Bejarana, otra ruta muy, que muy bonita. 

A la mitad del recorrido, el monasterio empieza a dejarse ver… 

El terreno abrupto y rocoso nos deja imágenes insólitas como esta: Un arbolito que se agarra con fuerza a una roca. Cuesta entender donde sus raíces pueden encontrar algo de tierra donde alimentarse. 

Durante la subida, uno solo ve el cielo azul y las piedras del sendero. Estaba pensando en el titulo de este articulo cuando se asoma a lo lejos, encima de un risco, un macho con cornamenta enorme. «Belcebú» pensé. Me esta observando. ¿ Después de ver el paraíso, esto sería el infierno ?… 

…Pero poco después apareció el resto del grupo, un docena de hermosas cabras montesas: Hembras y sus pequeños, y más machos.  La recompensa de andar por caminos escarpados, desde luego una experiencia difícil de tener visitando el lugar en coche. 

El monasterio Desierto de San José de las Batuecas: Breve historia.

Cuando se decide su construcción en 1599, uno de los principales motivos era de sofocar creencias paganas que todavía perduraban en estas tierras recónditas. Este lugar totalmente apartado del mundo, a la vez bello y duro, era perfecto para una vida monástica. Se construyó una veintena de ermitas diseminadas en el valle, donde los monjes pasaban en solitario temporadas de meditación y oración. El monasterio contaba entonces unos 40 monjes. En 1835, con la desamortización, pasa en manos privadas. Los monjes permanecen hasta 1846. En 1872, un incendio destruye la iglesia y los años siguientes, será vendido y comprado varias veces. Arboles centenarios serán talados y poco a poco, el monasterio caerá en ruina hasta que en 1916, los padres Carmelitas se establecen otra vez. En 1937, las monjas Carmelitas Descalzas lo reconstruyen y lo ceden otra vez a los frailes en 1950, hasta hoy donde siguen allí unos 6 monjes. En 1933, Luís Buñuel, de camino a La Hurdes para rodar su famosa película «Tierra sin pan», cayó enamorado del lugar, abandonado entonces, y lo usó de campo base para su rodaje. Tuvo la intención de comprarlo por 200.000 pesetas de entonces, pero no llegó a un acuerdo con el obispado de Salamanca, y su marcha a Francia con la guerra civil abortaría el proyecto.

De no apuntarse a un retiro espiritual, os será imposible ver el interior del monasterio, más allá de lo que se ve de lejos desde un punto alto, como durante nuestra ruta. Podremos adivinar un gran huerto con frutales, unos edificios y una iglesia, poco más.

Bibliografía: Las Batuecas y Las Hurdes – Miguel Ramos Romero (Ediciones al Platá)

Enlaces: Pagina del monasterio de san José (interesantes artículos sobre el diario de las Batuecas que va desde 1916 hasta 1953)