Camino Asentadero Bosque de los espejos: Sequeros-Casas del Conde-San martín del Castañar
Ubicación: Sequeros. A 5 minutos de nuestras casas Caño Chico y La Fuente.
Recorrido: 9 km circular con posibilidad de recortar a la mitad. Recorrido en forma de 8.
Duración: 3 horas y media sin visitar los pueblos.
Dificultad: media.
El Camino del Asentadero es una de las 4 propuestas de senderos con Arte en la naturaleza (Land Art) de la Diputación de Salamanca, para mí, sin duda el más bonito. Iremos analizando su interés paisajístico pero también artístico. Licenciado en Bellas artes y profesor de Artes Plásticas en mi país de origen, creo que puedo dar mi humilde opinión al respecto.
Le tengo un especial cariño ya que me he pateado hasta aburrir el tramo de Sequeros-San Martín durante el proyecto Del Asentadero de los Curas.
Recomiendo hacerlo en otoño, y si puede ser, en las dos primeras semanas de noviembre, que es cuando los colores otoñales suelen ser en su apogeo. Tendremos, pues, una paleta que irá desde los últimos verdes hasta una gama de ocres amarillos y rojos, marrones…Una pasada.
La vista que tenemos en esa época al llegar en coche desde Salamanca, justo en el cruce de Béjar-Sequeros con la carretera de San Martín, con este pueblo en el fondo y detrás la Peña de Francia es una de las postales más bonitas de la Sierra (Todavía no entiendo como no hicieron un mirador en ese lugar cuando reformaron la carretera hace años).
Un camino imprescindible por sus paisajes, pero también porque nos hará descubrir nada menos que 3 pueblos muy interesantes, los dos conjunto-históricos. Sequeros (el teatro, la iglesia del Robledo que encierra las reliquias de Simón Vela, descubridor de la virgen de la peña, y la Moza santa, el pasaje del infiernillo, la Cabuezuela) y San Martín del Castañar (el castillo-cementerio sede del centro de la Biosfera, el artesonado mozárabe de la iglesia, los soportales del consejo, el puente medieval), así como otro muy pequeño y desgraciadamente menos conocido: Las Casas Del Conde
Si queréis deteneros en todos esos pueblos, cosa que os aconsejo si no los conocéis, la excursión os llevará todo el día, por lo que podéis llevar una merienda, o comer a medio camino en San Martín.
Para los que quieren acortar la ruta, existe la alternativa de desviarse en Casas del Conde por un tramo alternativo (por las pozas del Caraba), que hayáis empezado por Sequeros o por San Martín.
Este camino tiene la particularidad también de pasar por el antiguo Camino del Asentadero de los Curas, por lo que contiene algunas obras y objetos de esa fase inicial, y de estar plagado de talla de madera hechas por un artista local en Casas del Conde.
La ruta sale y llega a la ermita del Humilladero de Sequeros. Para encontrarla, tenemos que entrar y atravesar el pueblo, pasando delante la farmacia y una fuente grande. La otra alternativa (en coche), es coger, si venís por la carretera de Salamanca, un camino asfaltado nada más pasar la indicación de entrada al pueblo, y bajar por una zona de chalets hasta toparos con el humilladero, donde suele haber algún sitio para aparcar.
La primera obra, como pasó también en el camino del agua de Mogarraz, sirve para rehabilitar un antiguo vertedero a la salida del pueblo. Es «la casa del árbol» de Luque López.
Aprovecho la ocasión para denunciar los numerosos vertederos, escombreras, vertidos, oficiales o privados, que salpican en toda la Sierra, los alrededores de los pueblos. El sellado reciente de las escombreras de los ayuntamientos es una iniciativa positiva pero que llega tarde. La nueva normativa que obliga a la gente a pagar para tirar y tratar sus escombros en un punto de Tamames, hacen que algunos prefieran tirarlos en cualquier sitio sin ser vistos. Además, La falta de puntos verdes para depositar temporalmente los trastos de casa para su posterior reciclaje, es una falta grave de las instituciones, sean ayuntamientos, mancomunidad o Junta. Es una vergüenza ir por las pistas o asomarse al monte, y encontrarse todo tipo de inmundicias nuevas o muy antiguas que van desde lavadoras, hasta garrafas de productos fito sanitarios pasando por colchones. Una imagen propia de un país subdesarrollado. Aquí queda dicho.
Pasado ese monumento al poder de la naturaleza para generarse en condiciones adversas (espero que ese arbolito «prisionero» de la casa tenga larga vida), bajamos por una pista (con algún resto del vertedero, como no) y después por un tramo de camino que conserva su empedrado.
Nos encontramos entonces con una de las más sorprendentes y bonitas obras de los caminos con escultura (no por nada la Diputación la tiene por todo los lados en sus carteles): «A puntadas» de Luque López. Una roca, partida, una roca herida, cosida para intentar reparar el daño hecho. Una bonita metáfora que parece apoyar mi denuncia sobre el maltrato que sufre nuestra querida Sierra de Francia.
Algunas curvas, bajando y acercándonos a Casas del Conde, en medio de los castaños, son realmente preciosas. Nos acompañaran y guiaran varios «Mochuelos» blancos (Pablo Amargo).
Llegamos en Casas Del Conde. Las «Efímeras magentas» de José Antonio Juárez son una idea simpática para jalonar el camino a través del pueblo y así no perderse en sus calles laberínticas. Al salir del pueblo, llegaremos al impresionante Vía crucis, el monumento más emblemático de Las Casas.
Amador, un artista naïf:
Antes de pasar delante de la iglesia, nos detendremos delante la última casa, que nos llamará la atención por sus tallas de madera, sus colorines y su colección de animales realizados con raíces y ramas torcidas. Se trata de la casa de Amador, un artesano-artista local, autor de esas obras y de todas las tallas que podréis ver en el próximo kilómetro. A su bola, ha ido esculpiendo olivos con imágenes piadosas. El tema puede gustar o no pero el resultado tiene la poesía de la sencillez que siempre tiene el arte naïf (o bruto, marginal, como queramos llamarlo o considerarlo) y que no tienen unas cuantas obras de artistas «oficiales» por mucho que lo intenten y nos lo expliquen por medio de discursos complejos y alambicados. Los que llegan a conocer Amador perciben enseguida su sencillez y su desinterés. Él crea como el árbol crece, no le preguntéis por qué.
Vamos siguiendo las cruces hasta llegar al calvario, impresionante entre los robles, y subimos la pista cementada que nos pasea entre paredones de olivos tallados. Me encanto ese tramo: La elegancia natural de esos arboles, junto a las paredes muy cuidadas y limpias vienen realzar las intervenciones de Amador.
La obra siguiente viene a ilustrar lo dicho anteriormente: Una puerta abierta que enmarca San martín «al otro lado«. La idea de Manuel Pérez de Arrilucea huele un poco a recocido. Si es un guiño, ¿Cuál es? A la pintura que se consideraba una ventana abierta sobre el mundo? Al concepto de la puerta, del paso a otro mundo, a otro universo, a otro yo, tantas veces usado en arte, cine, literatura…? Que pinta una puerta de piso aquí? La misma idea, reproduciendo fielmente una puerta de cuadra o de casa serrana, con su patina, su tocador, sus clavos, seguramente había sido más integrada y , por repetir lo que digo desde el principio de esta andadura por los caminos de la Diputación, nos hubiera contado algo de la cultura tan rica que habita estos lugares. El resultado queda allí, por mucho que nos lo expliquen a través de un texto pseudo-poético vació de contenidos…
Empezaremos a subir hacia San Martín del Castañar y poco antes de llegar, si no queremos entrar a visitarlo, nos desviaremos a la derecha para bajar otra vez a través de viñas, pasando (tapándose la nariz) un pequeño regato con olor a desagüe y lavadoras que sirve de cloacas al pueblo.
Es que no quisiera repetirme pero esa es otra vergüenza de nuestros políticos: La Sierra de Francia, Parque natural y Reserva de la Biosfera con TODOS sus pueblos tirando sus aguas sucias por los ríos. 20 años que vivo aquí, 20 años que oigo hablar de las dichosas depuradoras. Obras por fin empezadas hace algunos años, y todavía ninguna en funcionamiento. Y después vienen a vendernos lo del turismo sostenible…Penoso. (Actualización 2019: Por fin, tenemos las depuradoras en funcionamiento…)
Al llegar otra vez al bosque, pasando el regato de Buenamadre, podremos darnos un recorrido por el puente del antiguo «jardín de los 4 elementos» restaurado con buena madera. La escultura que allí depositó Jesús Palmero, un monolito austero más propio de un mundo urbano e industrial, queda en este precioso lugar hasta molesto visualmente. Si tal ha sido su propósito, lo ha conseguido. Su «torre de intercambio» funciona ya que los caminantes depositan piedras y raíces, no sé si con el deseo real de intercambiar algo o de intentar taparla.
El misterio del robo de los Jinetes del Apocalipsis.
Casi al final de la larga subida por un camino empedrado, que cogemos a continuación, se encontraba una antigua intervención que había hecho yo en la época del Camino del Asentadero de los Curas y que debía integrarse a este nuevo camino. Las 4 cabezas de caballo estaban en mal estado. Sin presupuesto alguno, usábamos entonces material del mismo monte (como el puente sobre el río y el mirador del que hablaremos después). , Al emprender la elaboración de lo que iba a ser el Camino de Los espejos, la Diputación me pidió que los restaurase. Cosa que hice, aprovechando para darles un acabado más resistente y ponerles como soporte un pie de metal en vez de los troncos originales. No pasó quince días desde su re-instalación, que recibo una llamada del coordinador del camino. Yo llevaba unos días en Francia donde iba a disfrutar de las navidades con mi familia. Y me informa del robo de las cabezas. Tenia que ser obra de alguien muy bien informado, ya que el camino no estaba inaugurado todavía y que los jinetes habían perdurado imperturbables 8 años allí sin ningún intento de robo o vandalismo, hasta dejarlos como nuevos. Un ladrón muy perseverante, capaz de quitar 16 tornillos de 15 cm metidos en tacos químicos.
Pero cual fue mi sorpresa cuando meses después, me viene a los oídos que en un periódico de Salamanca, un articulo sobre el robo había dejado entender que el ladrón podía haber sido incluso yo mismo, por no sé que oscuras razones. Una pena de no haberme hecho con el numero de dicho periódico para saber de donde sacaron tales informaciones y tomar las medidas pertinentes. En fin, bochornoso…
Restos de un proyecto pionero.
En la última parte del recorrido, podrás ver algunos restos de lo que fue «El Camino del Asentadero de los curas».
La ermita de santa Lucia donde solo queda un trozo de pared y el elegante esqueleto de un enorme ciprés que se quemó con la ermita, allá hacia 1790 (¿la revolución francesa llego hasta aquí? No, me parece recordar que fue un incendio provocado por oscuras historias de pastoreo o algo así). Allí está una vidriera que resistió al tiempo hasta que la masificación del camino acabo con ella. Presenta varios cristales rotos a pedradas.
Un poco más arriba está un mirador hecho sobre unas rocas (las antiguas Tarmas de Babel), pero ahora anida una especie de avispas peligrosas (gracias por poner el cartel) y es mejor quedarse apartado mientras sigan merodeando allí.
Después de pasar un regato y el desvió posible hacia Casas del Conde (donde debe estar la obra de Luque López, «del reflejo de las palabras» que no vimos), el bosque de majestuosos castaños deja paso a un bosque de pequeños robles llenos de líquenes donde fácilmente podían salir algún duende. Verás entonces el monumento emblemático de esta ruta. Él que dio su nombre al antiguo camino y a parte de la nueva: El Asentadero de los Curas.
Un curioso sofá de granito, que aprovecha la configuración natural de la roca, y que servía de punto de encuentro a los curas de las parroquias de los 3 pueblos (y también de San Miguel del Robledo, pueblo cercano) donde hablarían de sus asuntos, terrenal y celestial. Al lado está una figura humana en una roca que entonces realcé con unos pocos detalles, casi todo lo había hecho ya la naturaleza.
Encontraremos todavía algunos restos como «los pájaros del Alba» hasta llegar otra vez al humilladero de Sequeros.
Lo que ya no veréis en el Camino del Asentadero:
Ya que tengo algunas fotos, las pongo de recuerdo, pensando en los que entonces pasearon por él hace años.
A modo de conclusión: Algunas claves para entender el arte contemporáneo.
¿Que es el Land Art?
La noción de Land Art se desarrolló en Estados Unidos al final de los años sesenta. Viene de una concepción minimalista de la escultura que rompía con una tradición decorativa y se insertaba dentro del gran movimiento de No-arte que dominaba el arte contemporáneo entonces. Denunciando una economía de mercado, quería huir de sus cauces oficiales como los museos o las galerías. Se asociaba a una consciencia ecologista del territorio y a un redescubrimiento de las culturas arcaicas. En esos aspectos, se situaba en la continuidad de la tradición romántica del paisaje en el siglo XIX.
Sus representantes más conocidos son Robert Smithson, Richard Long, Robert Morris, Dennis Hoppenheim, Christo y para España el vasco Ibarrola.
¿El Land Art como reclamo turístico?
Nada nuevo bajo el sol.
En numerosos lugares (como por ejemplo Arte en la Tierra en Santa Lucía de Ocón en la Rioja) certámenes organizados por asociaciones o instituciones se han convertido con el tiempo en destinos turísticos temporales o permanentes, con las consiguientes repercusiones económicas para las comarcas donde se encuentran.
Un buen ejemplo de ello, que conozco bien por encontrarse cerca de mi lugar de origen en Francia, es el "vent des forêts" (el viento de los bosques). En una zona próxima a Verdun, cruelmente castigada por la primera guerra mundial, donde no queda nada sino cementerios militares, donde la tierra fértil ha sido removida por los millones de obuses allí arrojados. Nació hace 30 años de una asociación, la idea de organizar concursos y encuentros artísticos. Los artistas trabajan altruistamente a cambio de alojamiento, comida y buenas juergas , y tener todo el material para realizar su proyecto. Las obras quedan allí, dispersadas sobre hectáreas de bosque, atrayendo en la zona a miles de visitantes donde antes nadie se hubiera parado sino para visitar la tumba de un abuelo o los restos de la terrible contienda.
La propuesta de la Diputación de Salamanca es bien distinta y parte de un razonamiento inverso: Pretende utilizar el arte para fines exclusivamente turísticos, introduciéndole por caminos y lugares cargados de historia. La apuesta es atrevida y es normal que provoque polémicos debates, pues muchas obras expuestas no soportan la comparación con entornos únicos que por si solo son obras de arte y donde cualquier intervención puede interpretarse como un sacrilegio.
Cuando el arte se vuelve elitista.
A lo largo de esos 4 artículos sobre los senderos de la Diputación, he dado mi sentir sobre las obras que el caminante se va a encontrar. Esas opiniones, como en cualquier tema, son rebatibles y debatibles. No pretendo tener la ciencia infusa, y menos en un ámbito tan subjetivo como es el arte.
Pero siempre tenemos que tener un criterio propio y no dejarnos acallar por el discurso oficial (en arte como en todo los ámbitos) o impresionar por los "guardianes" del saber o del buen gusto.
Existe en efecto una concepción institucionalizada desde hace 50 años de lo que debe ser el arte contemporáneo: Una concepción conceptual y minimalista, elitista y autoritaria, cuyos autores se retroalimentan y se auto-alimentan. Sobre este tema, os animo a leer (aunque sea con el traductor automático de google) el interesante articulo de Pierre Souchaud (Creador de la revista Artension) donde analiza el nuevo academicismo del arte contemporáneo, con sus entramados complejos entre escuelas de arte, artistas, instituciones y galerías. Y una lectura imprescindible para entender la mercantalización del arte es el libro de Annie Le brun: Lo que no tiene precio (editorial Cabaret Voltaire)
Una amiga escultora define la receta de la creación artística por las siguientes proporciones: 1/3 viene de la mente (la idea), 1/3 del corazón (los sentimientos), 1/3 de la mano (la técnica). No se trata de una ecuación rígida: algunas obras podrán tener más de una cosa y menos de otra. Pero es cierto que el arte contemporáneo institucionalizado utiliza casi exclusivamente la primera proporción, a veces la segunda, y se ha olvidado totalmente de la última.
También es cierto que siempre el arte ha sido el digno reflejo de la sociedad que lo ha producido. Basta darse una vuelta en algunas exposiciones, o mejor aún, en Arco, puro producto mercantil, para ver nuestra sociedad actual perfectamente reflejada. Una sociedad perdida, basado en un individualismo y un egocentrismo exacerbado, sin otros valores que el dinero, el éxito, la superficialidad. Unas obras basadas en la ocurrencia, lo inmediato o la provocación (tan habitual que al final deja de serlo, en una sociedad donde la provocación y la pornografía están en todas partes). Un contenido y un discurso que se centran casi únicamente en saber donde empieza y donde acaba el arte. En ese aspecto, el academicismo del arte de este medio siglo se integra lógica y perfectamente dentro de la historia del arte. Arte que vio su máxima sentencia de pena de muerte, el punto cero de la pintura y la escultura, con las obras de Malevitch (cuadrado blanco sobre blanco) y de Duchamp (ready-made como el orinal), hace un siglo exactamente.
En resumen, una obra necesita del espectador para cobrar vida (aunque en eso también hay teorías sobre la autonomía de la obra de arte, que se vale por si misma y no necesita que nadie la mire). Puede transmitir y provocar emociones, pensamientos, replanteamientos, e incluso rechazo. Pero lo peor que le puede pasar, es dejar indiferente...
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Buenos días,
He hecho este fin de semana el camino del agua tras ver su blog. Estoy interesado ahora en esta ruta. Quisiera saber la dificultad (subidas, bajadas…) ya que iría con una persona de 62 años, aunque está acostumbrada a andar 6-8 km diarios. Y me gustaría saber la señalización que tiene (en el caso del camino del agua me ha parecido muy buena.
Un saludo,
Hola Pedro, pues no lo sé porque estas rutas no las hice entonces con la aplicación Gps del móvil que te dan todos esos datos, pero si la buscas en wikiloc, seguro que encontraras lo que buscas. De todos modos si esa persona a hecho la ruta del agua, esta tiene creo menos desnivel. Para una persona acostumbrada a andar, no debería tener problemas. Tiene una subida un poco pronunciada desde san martín hacia sequeros, pero nada del otro mundo, haciendo algunos descansos.En cuanto a a señalización, es igual que la ruta del agua pero con otro símbolo que seguir a parte de las marcas pintadas clásicas de senderismo
Hola Fred,
la verdad es que te lo curras mucho y nos ayudará un montón para organizar nuestra ruta. En caso que finalmente hiciéramos solo la mitad del camino, descartando entonces una parte ¿que nos recomiendas? La parte de Sequeros y vuelta por el atajo? ¿o la de San Martín?
Muchas gracias
Hola David,
En los dos casos, tendrías que coger el atajo. El circuito es como un 8. Personalmente, si no vais a visitar San Martín de otra forma, saldría de ese pueblo para conocerlo, y prolongaría por lo menos hasta Casas que es muy bonito, para volver atrás y coger el atajo.
Si es para no cansaros mucho, creo que la parte desde sequeros es la que menos desnivel tiene.