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Caminar en La Sierra de Francia, blog de senderismo

Villanueva Del Conde: El pilar-Cuesta del horno

Ubicación: Villanueva Del Conde
Recorrido: Circular, 3 km. Desnivel: 125 metros.
Duración: 1 hora.
Dificultad: Baja.
Señalizado en parte.

Para ver el mapa en Google Maps, haz clic en la imagen.

Villanueva Del Conde y sus fuentes.

En este paseo no vamos a pasar sed ya que empezamos y terminamos el recorrido pasando al lado de dos de las fuentes del pueblo: La Fuente del Pilar y la de la cuesta del Horno. Proporcionan, como las que dan nombre a nuestras casas rurales, La Fuente y El Caño Chico, y que están dentro del pueblo de Villanueva del Conde, un agua abundante y fresca, todo un tesoro para el caminante urbanita tan acostumbrado a estar rodeado de contaminación.

A parte de los 3 abrevaderos repartidos por el pueblo, construídos para la caballería en los años 50 y que usan el agua de la canalización del pueblo, Villanueva tiene la suerte de tener numerosas fuentes de agua potable: Las cuatro ya citadas, pero también la fuente de la Canaleja que tiene como la del Pilar un antiguo lavadero, y que según cuentan, tiene el agua tan fría que puede afectar a las gargantas delicadas. Más alejadas del pueblo, donde pasa ahora la carretera, tenemos las difuntas fuentes de «la Fuentina» y «la Santanilla». Y eso solo nombrando las que están cerca del pueblo. Los dos lavaderos han sido «restaurados» hace algunos años, pero con falta total de sensibilidad para guardar, respetar y recuperar los elementos proprios de un lavadero. Solo se trato de forrarlos con piedras nuevas y poner, en el caso del Pilar, unas barandillas de madera más propias de un picadero.

De camino hacia la Remonje

O mejor dicho La Aremonje como realmente se llama esta antigua era, aunque mucha gente la llame La Remonje. Se trata de una extensa pradera llana, que por eso se ha convertido en mi lugar favorito para observar las estrellas con mi telescopio ya que tiene las ventajas de estar cerca del pueblo pero suficientemente lejos para estar en la obscuridad total, tener hierba en lugar de suelo polvoriento, y tener un cielo bastante despejado en 360º. En el pinar que se encuentra al lado, hay un antiguo merendero de Icona con todavía alguna mesa de granito para descansar y unos estupendos columpios donde los niños se lo pasaran en grande.

También nuestro punto de salida se ubica en una antigua era (lugar donde se trillaba los cereales, trigo sobre todo), la plaza de Las Eras, donde se encuentra la iglesia del pueblo.

Justo al lado, cogemos la calle que baja hacia la carretera de Miranda del castañar.

Todavía quedan las indicaciones de salida de estas sendas. Vemos que la nuestra, la numero 2, tiene poco más de 2 km, pero nosotros la alagaremos un poquito.

Bajamos por la pista cimentada y llegamos enseguida a la fuente y el lavadero del Pilar.

Andamos entre fincas de arboles frutales cultivadas o semi abandonadas. Vemos a lo lejos los montes de la Sierra de Quilama y la Palla. Durante nuestra caminata, podemos ver todavía alguna marca de señalización verde y blanca, pero muchas se van borrando. Pero el recorrido no tiene misterio.

Llegamos al paraje de la Remonje, y debemos coger la pista que baja, no la que llega enseguida a la carretera cercana.

Bajamos y pasamos al lado del pinar donde se encuentra el merendero de icona.

Los columpios aguantan sin mantenimiento desde hace muchos años…

Podemos ver que nos acercamos del pueblo de Garcibuey. Pero lo visitaremos en otra ruta más larga.

Seguimos bajando por la pista hasta llegar a un cruce. Tiramos a la derecha. Seguir de frente nos llevaría a Garcibuey.

De hecho, podemos ver, perdido entre los madroños que se la comen, la señalización de las sendas.

Más adelante, al final de una cuesta, encontramos otro cruce de pistas. Debemos coger a la derecha para volver hacia Villanueva del Conde. La finca de enfrente que se ve en la foto, hace menos de 10 años estaba perfectamente cultivada y limpia. Es increíble la rapidez con la que el monte vuelve a apoderarse de los campos abandonados. Primero monte bajo con zarzas, retamas,.. seguido de pinos, robles, castaños o madroños. Poco a poco, el cerco se estrecha sobre unos pueblos cada año más despoblados.

Empezamos a subir suavemente hasta llegar a zonas cultivadas a medida que nos acercamos del pueblo.

Las vistas hacia la Sierra de Candelario…

La Cuesta del Horno: Merece su nombre los días que el sol aprieta. No muy larga pero empinada, nos lleva hasta la carretera, un poco por debajo del sitio de partida. La fuente merecería ser un poco más mimada.

Llegado a la carretera, cerca del centro de día, podríamos subir por la carretera para llegar antes. Pero vamos a alargar un poco este paseo. Bajamos…

…para llegar a un lugar llamado «el llanito». A pesar del nombre, tenemos que coger la pista cimentada que lleva al pueblo, cuesta arriba.

Llegamos al pueblo y nos topamos con el Camino de los prodigios. Seguimos sus marcas para pasar por los huertos interiores y ver su estructura defensiva. y llegaremos otra vez a la plaza de la iglesia.

Un proyecto que no cuajó

Esta ruta, así como otras cinco, son parte de un proyecto que inicié en el año 2006. Entonces no existía el camino de los prodigios y Villanueva del Conde no contaba con rutas señalizadas. Siendo entonces el pueblo con más casas rurales de la Sierra de Francia, algunos pensamos que Villanueva se debía de ofrecer alguna oferta para que los turistas se quedasen en el pueblo, y gastasen algo de dinero en los bares y restaurante del pueblo. Por eso las rutas debían de ser circulares. Y limitándonos en señalizar pistas agrícolas y forestales, ya que tenía claro desde el principio que el trabajo de desbroce de bonitos caminos perdidos y su mantenimiento anual sería algo difícil de sostener con el voluntariado.

Porque mi apuesta fue esta: El voluntariado y altruismo de los vecinos del pueblo, contando ante todo con los propietarios de casas rurales y bares. La mitad de los establecimientos participaron aportando una pequeña cuota que debía servir a costear los gastos de material, pero como el dinero que no nos alcanzaba, pedimos al ayuntamiento de entonces que nos ayudara económicamente, cosa que hizo.

Compramos palos de castaño, pizarras, pintura, encargamos a un herrero unas flechas de hierro, y empezamos el primer año a marcar 4 rutas, y 2 el segundo año. La idea era de hacer unos cuantos más. Gracias sobre todo a mi amiga Rosa que quiero agradecer especialmente aquí, pudimos llevar a cabo la señalización del segundo año (las 2 rutas más largas) pero se hacía evidente que la falta clara de participación e interés de los vecinos del pueblo y de su ayuntamiento, recayendo todo el trabajo sobre unos poquitos (y especialmente dos o tres), iba a significar a la larga el parón de ese proyecto.

Los años siguientes, el nuevo y joven alcalde, que nunca quiso participar en el proyecto teniendo entonces un bar y un hotel-restaurante en el pueblo, empezó a despreocuparse aún más del asunto en cuanto se hizo el camino de los prodigios, la "joya de la corona" según él... (que ironía, es hoy diputado de turismo de la Diputación de Salamanca). Por falta de mantenimiento, sin hablar de los actos malintencionados (se quitaron 4 indicaciones apuntando a Villanueva, dejando las otras en los postes, como si algunos no quisieran que se llegase a este pueblo...), los caminos han dejado de ser un reclamo turístico para recaer poco a poco en el olvido...